Cuidado de personas mayores: Las claves para una rutina bien organizada

Cuidado de personas mayores: Las claves para una rutina bien organizada

El cuidado de personas mayores es complejo, pero necesario. Entendemos que no siempre es posible dárselo como merecen, y que sientes preocupación por cómo hacerlo de la mejor manera. Hemos dado con ciertas claves de apoyo que te ayudarán y, sobre todo, lo harán con quien está entrando en esta nueva etapa vital.

Consejos para establecer una rutina de cuidado adecuada

¿Cómo garantizar el bienestar de los ancianos, con atención a sus grados de dependencia y a la evolución que tenga su estado de ánimo? Esta es una cuestión a la que vamos a prestar bastante atención durante las siguientes diez pautas. Con estas recomendaciones sobre el cuidado de personas mayores, lo conseguirás de manera cuidada y progresiva.

1. Garantiza la seguridad y la autonomía del anciano

Quien mejor puede ayudarte a mantener la rutina de una persona mayor es ella misma. Resulta prioritario que sepas acompañarla, pero no indicarle lo que tiene que hacer. Más que obligarle a que se cuide o hacerlo en su lugar, se trata de hacerle ver la importancia que tiene para su vida cotidiana. De este modo, buscaremos la complicidad que necesitamos.

Por otra parte, la seguridad en uno mismo es fundamental a todas las edades, también a esta. Deben saber que están recibiendo ayuda, pero que ellos son quienes deben mantenerse en buenas condiciones. ¿Qué conseguimos con esto? Principalmente, mantener la independencia durante más tiempo y hacer que se sientan responsables de sí mismos.

2. Mantén la adherencia terapéutica con un SPD

La adherencia terapeutica —seguimiento del tratamiento prescrito por el médico— es esencial para garantizar la calidad de vida y prevenir complicaciones de salud. Deben conservarla por su cuenta, pero siempre con tu supervisión para evitar despistes o incluso sobredosis de un fármaco que deriven en situaciones peligrosas.

Una herramienta clave para ello es el sistema personalizado de dosificación. Este blíster de medicamentos está disponible en las farmacias y se prepara en el mismo centro. Está distribuido en una semana y permite al anciano tener una visión simple e intuitiva sobre lo que debe tomar. Es vital para el cuidado de personas mayores.

3. Implementa hábitos de alimentación saludable

La alimentación es primordial para que conserven su fuerza y su estado cognitivo. Hay que buscar pequeños incentivos en el día a día que constituyan una rutina. Entre ellos, la hora de la media mañana, con un batido natural y unas frutas cortadas (para que también tengan un aporte de fibra).

Otro de los momentos que no pueden faltar es el de la merienda, en el que deberías darle un tiempo para que se exprese y cuente cómo se siente. Una pausa para un café también puede ser agradable, siempre y cuando no tenga hipertensión. En este caso, unos buenos sustitutos son el hibisco, la valeriana, la pasiflora o la manzanilla.

4. Planifica actividades de desempeño físico y cognitivo

Conviene que vayas alternando actividades que requieran desplazamiento físico con otras en las que se involucre la concentración. Entre las de desempeño físico, pueden estar un paseo al aire libre, un juego de coordinación para las cuatro extremidades o algún deporte muy suave. Habría que atender siempre a la dependencia y la capacidad de movimiento.

Conforme vaya pasando el día, es normal que se sienta cansado o incluso desganado. En estos momentos, recurriremos a otras de razonamiento lógico o memoria, como son las de cartas o los juegos de mesa tradicionales. El dominó y el parchís son opciones que les estimulan y les resultan entretenidas. Lo mismo ocurre con la jardinería, la pintura o la costura.

5. Intenta que tenga la conciencia en el presente

Una de las causas de que se despisten o no lleguen a concentrarse es tener la mente demasiado ocupada en situaciones de estrés. Buscaremos que se centren en lo que están haciendo en cada momento, así como en las emociones que ello les está provocando o su relación con la persona que está ayudándole. ¿No te habías planteado que esto funcionara para cuidar de personas mayores?

Durante el día, puedes practicar algún ejercicio de desarrollo cognitivo basado en el tiempo. Por ejemplo, recordar qué han ido haciendo (memoria a corto plazo) o qué van a hacer mañana según el calendario semanal. Este puede ser una especie de planificación que se cuelgue en la puerta de la nevera y hagáis siempre entre los dos.

6. Dale tiempo para sus propias iniciativas

Recuerda que buscamos atender a su grado de dependencia, sobre todo, a minimizar los impactos que pueda tener. Por ejemplo, ayudándoles a que gestionen su día a día en la mayor medida. Cada mañana y cada tarde, es fundamental que ellos mismos decidan lo que quieren hacer, evitando siempre las prácticas sedentarias.

Es crucial que sepas distinguir entre un descanso y la desgana. De vez en cuando, pueden pedirte quedarse solos o acostarse porque están cansados. Pero intenta que no sea repetitivo para que no caigan en la apatía y la depresión. Incítales a que, cuando les toque elegir, te pidan hacer una actividad que de verdad les llame la atención y les emocione.

7. Gestiona las horas de levantarse y acostarse

Junto con lo anterior, el cuidado de personas mayores también se basa en la rutina durante la noche. Es decir, que no duerman más horas de las necesarias, pero tampoco menos (en ambos casos es perjudicial para la salud). Como señalan desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el descanso debería ser de entre 6,5 y 7 horas.

Una buena estrategia es invitarles a que se pongan ellos mismos el despertador, calculando cuándo deberían levantarse para haber dormido lo adecuado. De este modo, mantendrán su autonomía en una cuestión de tanto peso como esta y sabrán cuándo ir a acostarse. Esta es otra de las claves para evitar el sedentarismo que deberías contribuir a evitar.

Estas han sido las mejores maneras de abordar el cuidado de personas mayores, y sabemos que las podrás poner en práctica. Esperamos que te sean de utilidad, pero no olvides la relevancia de la alimentación y la adherencia al tratamiento farmacológico. De este modo, les darás bienestar durante estos años de su vida.

La irritabilidad en personas mayores

La irritabilidad en personas mayores

La tercera edad es muy propensa a cambios en su estado de ánimo. Después de todo, no hay que olvidar que no se trata de un simple periodo más, sino de una etapa vital. La irritabilidad en personas mayores es uno de los fenómenos más frecuentes, y no siempre sabemos hacerle frente de la manera adecuada. En este artículo te mostramos cómo abordar el que puede ser un desafío.

¿Cuáles son los factores que pueden contribuir a la irritabilidad en algunas personas mayores?

Conviene atender, en primer lugar, a las causas lo que vamos a denominar como una predisposición emocional. ¿A qué nos referimos con esto? No estamos hablando de un humor permanente, sino de una mayor facilidad a mostrarse enfadados o molestos. Comprender por qué les sucede es base para el cuidado de las personas mayores y para su calidad de vida.

Pérdida frecuente de personas queridas

Una vez que pasan de los setenta, cada ciertos años recibirán una noticia que, hasta entonces, no era tan común. El fallecimiento de amistades se vuelve frecuente, y supone una sensación de soledad que se va incrementando. Lo mismo sucede con la muerte de hermanos o hermanas, una circunstancia todavía peor.

En ambos casos, la persona siente que está quedándose atrás y empieza a ver con claridad su proceso de envejecimiento. La irritabilidad en personas mayores viene enlazada con la negación, una de las primeras etapas ante cambios drásticos.

Menor contacto con familiares cercanos

La dificultad para desplazarse como hacía antes —ya fuera con el transporte público o conduciendo el vehículo propio— aumenta la lejanía respecto a las personas de la familia. Por un lado, ahora solo los verán al recibir visitas y, por otro, tendrán que adaptarse a los medios de comunicación actuales para tener contacto.

Una consecuencia directa de lo anterior es el pensamiento de haber sido abandonados. En otros casos, poseen la creencia errónea de que son una molestia, lo que también les ocasiona enfado.

Falta de costumbre a la pérdida de capacidades

Justo antes de avanzar hacia nuevos grados de dependencia —entre los 75 y los 80 años—, la imposibilidad para realizar acciones que antes eran comunes se hace más patente. Hablamos tanto de actividades cotidianas como de medios de socialización o de aficiones, una circunstancia a la que les cuesta bastante acostumbrarse.

Esta es una de las causas que ha sido señalada por la Fundación Atilano Sánchez Sánchez. Un sentimiento que surge de manera rápida es el enfado con ellos mismos, unido al resentimiento con quienes no les comprenden.

Sentimiento de complejo por el olvido

Unido a esa irritación que sienten hacia ellos, está el sentimiento de complejo. Cuando se dan cuenta de los primeros despistes, que luego desencadenan en olvido de recuerdos a muy corto plazo, tiene lugar la ira. Estas emociones derivan de no comprender cómo pueden no recordar determinadas actividades que repiten todos los días.

Esta es la causa que antes debes saber identificar para que la persona pueda recibir un diagnóstico temprano. Es posible que haya comenzado algún tipo de demencia, por lo que conviene acudir a un neurólogo.

¿Cómo gestionar la irritabilidad en personas mayores?

Una pauta fundamental es que sepas adaptarte a los cambios de ánimo que van mostrando y nunca cuestionarlos. Puedes hacerle ver que es una situación normal o que está afrontando una nueva etapa de su vida. Eso sí, evita hacerle sentir mal por mostrar sus emociones para que no adquiera inseguridad.

Dialoga y presta atención a posibles síntomas de depresión

Una charla puede ser muy fructífera para que exprese sus emociones. Piensa que, precisamente, reprimirlas causa un enfado bastante notorio en cualquier persona, más aún en los mayores. Intenta que sea un diálogo extendido, cordial y muy cercano para que te explique qué siente. En todo momento, ten en mente que es un problema que le está afectando.

Durante la conversación, sería interesante que le preguntaras por la evolución de sus sentimientos a lo largo del día. La apatía, la tristeza o la melancolía pueden ser sintomas de depresion a los que es importante atender.

Procura implementar actividades de socialización

Los mayores necesitan pasar tiempo con otras personas, y las podríamos distribuir en dos clases principales. Por un lado, su familia, hacia quienes profesan un amor incondicional y con quienes el enfado puede mitigarse. Por otro, su grupo de iguales, formado por quienes están en la tercera edad y tienen necesidades similares.

El hecho de que cada semana estén en contacto con los dos hace que incremente su bienestar. Lo que buscamos es que sean capaces de dominar la irritabilidad en personas mayores de forma progresiva.

Utiliza el blíster de medicamentos para darle autonomía

La pérdida de independencia produce rechazo hacia ellos mismos y, en ciertas ocasiones, hacia quienes más se la hacen ver (cuidadores, familiares, etc.). Conviene ayudarles a que mantengan su autonomía durante el mayor tiempo posible, prestando atención a las cuestiones más relevantes. Una de ellas es el tratamiento farmacológico que tengan prescrito.

Organizar sus pastillas es una tarea a la que están acostumbrados, y enseguida notan cuándo ya no son capaces de hacerlo. Un blister de medicamentos preparado de forma segura por un farmacéutico es indispensable para que sigan realizándolo.

Hazle ver que su compañía es de agrado para todos

Otro de los sentimientos que debemos contrarrestar es el de ser una molestia. Esta falsa creencia les acompaña durante muchos años y acaba atormentándoles. Deben saber que su presencia hace sentirse bien a los demás, y que hay muchas personas que se alegran de verles. Háblales de vecinos concretos, familiares o personas del lugar de residencia.

Cada vez que salgan a pasear, procura que efectúen algún tipo de ejercicio de memoria. Por ejemplo, contar qué hacían en el parque donde os vais a sentar, quién era la persona que acaba de saludar o qué ruta hacía cuando salía por su propia cuenta.

Esta ha sido una aproximación clara y directa sobre cómo tratar la irritabilidad en personas mayores. Es cierto que se trata de una situación muy difícil de gestionar, pero también lo es que requiere un enfoque adecuado por tu parte. Intenta basarte siempre en la psicología y la empatía para ayudarles a acostumbrarse y aceptar los nuevos cambios que están experimentando.

El otoño y la salud en la Tercera Edad

El otoño y la salud en la Tercera Edad

La salud de los mayores en otoño se ve comprometida por el propio cambio de estación y por el clima de la época. Con el objetivo de proporcionarles el cuidado y la asistencias que merecen, conviene recordar cómo les afecta el paso del año. En este sentido, ¿cómo podemos ayudarles durante los meses que se avecinan? Lo explicamos.

¿Cómo afecta el otoño a la salud de los mayores?

Cuando llega el mes de septiembre, es común que percibas un cambio de comportamiento entre las personas de tercera edad cerca de ti. Existen numerosas razones que lo justifican, y a menudo nos centramos en las físicas. Sin embargo, en esta ocasión haremos también referencia a las emocionales y psicológicas que comprometen la salud de los mayores en otoño.

Las enfermedades respiratorias, mucho más frecuentes

El otoño aumenta la prevalencia de las enfermedades respiratorias, sobre todo, en la tercera edad porque tienen un sistema inmunitario más debilitado. Como consecuencia, poseen más probabilidades de sufrir gripes o catarros estacionales. Incluso si están vacunados, los días que pasan sin salir de su vivienda ocasionan un aislamiento acentuado.

Hay casos peores a los que debemos prestar atención. Por ejemplo, a cómo desencadena la bronquitis síntomas que podemos reconocer fácilmente. Entre ellos, la dificultad para respirar, la inhalación silbante o el cansancio extremo después de caminar por la casa. Estas señales de alarma nos ayudarán a proporcionarles atención médica temprana.

El cansancio extremo, una circunstancia preocupante

Generalmente, se asocia el cansancio extremo con una condición común y, por tanto, poco peligrosa. Sin embargo, llega a desembocar en un deterioro importante en su calidad de vida. Imagínate sentir que no eres capaz de llevar a cabo las actividades diarias como hace un mes, ¿cómo te sentirías? Eso es lo que les sucede a ellos.

Esta situación provoca una tormenta perfecta en otoño, dado que se genera menos serotonina. Esta hormona, relacionada con la felicidad, la estabilidad emocional y la energía, escasea con los cambios de tiempo. Esto es algo que nos sucede a todos, pero que, como siempre, padecen en mayor medida nuestros mayores.

Mayor posibilidad de aislamiento y dificultades en la socialización

Los días fríos, las lluvias y las tormentas fuerzan a las personas de edad a permanecer en casa. Están más indefensos frente a los fenómenos meteorológicos adversos y no tienen la misma facilidad para hacer planes. Como consecuencia, dejan de socializar y de acudir a sus centros de ocio, cafeterías o reuniones con amigos.

Es cierto que la pandemia ocasionó un aislamiento forzado que todavía se mantiene a veces en este grupo de edad. Sin embargo, es esencial mantenerlos en contacto con su familia cada día, también en persona. De ninguna manera pueden permanecer solos un día completo, pues perjudicaría más a la salud de los mayores en otoño.

Consejos y recomendaciones

Debemos partir siempre desde una perspectiva de responsabilidad en el cuidado de personas mayores. Estamos hablando de una población vulnerable y que presenta un grado de dependencia cada vez mayor. Conviene desarrollar habilidades como la empatía, la comunicación y la comprensión antes de trabajar con ellos.

Cada persona de edad está involucrada en una especie de combate consigo misma en otoño. Por un lado, debe afrontar esta estación sin contraer enfermedades respiratorias ni sufrir accidentes derivados de los temporales. Por otro lado, sienten preocupación acerca de cómo les afectará el tiempo que pasen en sus hogares sin salir.

Hay distintos consejos que debemos proporcionarte para que procures mantener su bienestar:

  • Intenta que salgan cuando el tiempo esté más calmado, estableciendo una especie de rutina para que aprendan a valorar los días soleados y estables.
  • Trata siempre de mantener una pauta de visitas que lleve a cabo toda la familia, de manera que esté acompañado siempre que lo necesite y tratar así la salud de los mayores en otoño.
  • Dales medios para que puedan realizar actividades en su propia casa, como pueden ser la jardinería, la escritura, los rompecabezas o la costura.

Por otro lado, es primordial que reciban las vacunas que correspondan según el calendario. Este año, por ejemplo, la campaña se ha adelantado para cubrir a este grupo etario frente a la creciente incidencia de la COVID-19. Debemos estar atentos a cómo provoca la neumonía síntomas para llevarlos al médico lo antes posible.

Una última recomendación está relacionada con la posibilidad de que ellos mismos establezcan una rutina cuando estén solos y no puedan salir. Por ejemplo, una jornada que comience con el cuidado personal y el aseo, continúe con la limpieza de la casa y siga con una serie de actividades lúdicas y recreativas.

El SPD, una solución para la salud de los mayores en otoño

Como has podido ver hasta ahora, el otoño aumenta la probabilidad de que sufran enfermedades respiratorias que pueden desencadenar en cuadros graves. ¿Qué podemos hacer para que mantengan su salud incluso con el paso de los meses más fríos del año? Existen ciertos factores de riesgo a los que debemos estar atentos:

  • La mayoría de ancianos están polimedicados, lo que complica la adherencia al tratamiento prescrito.
  • Incluir complementos como vitaminas o probióticos es más complicado porque se les tienden a olvidar.
  • La falta de acompañamiento constante hace que puedan confundir fármacos, con un efecto nocivo.

El SPD o Sistema Personalizado de Dosificación contribuye a salvar estos tres problemas o, en cualquier caso, a reducir su impacto. Este medio de organización les permite visualizar lo que deben tomar en cada comida, y cada día. Están preparados para unificar una semana completa en una hoja sencilla que no les resultará complicada de entender.

Gracias a su elaboración —que tiene lugar en la propia farmacia— son capaces de llevar las pautas que les dio el médico. Igualmente, evitamos que se confundan de fármaco, que dejen de tomar uno o, en el peor de los casos, que sufran una sobredosis accidental. Recuerda que esta última puede derivar en un ingreso hospitalario o en situaciones más graves.

Hemos abordado cómo les afecta a la salud de los mayores el otoño, pero todavía queda una cuestión prioritaria: ¿de qué manera procurar que mantengan su bienestar después del verano y con la llegada del frío? Conviene hacerlo siempre desde una perspectiva de acompañamiento e intergeneracional, como no podía ser de otro modo.

¿Cómo mejorar la calidad de vida de los mayores?

¿Cómo mejorar la calidad de vida de los mayores?

Hemos mostrado una capacidad de cuidar de las personas mayores insuficiente como sociedad. La realidad es que situaciones como la soledad y el aislamiento perjudican a su bienestar, y este es un problema de primer orden. Surge entonces la siguiente cuestión: ¿cómo contribuir a que tengan una mejor salud durante esta etapa de su vida?

8 claves para mejorar la salud y el bienestar entre los mayores

Las personas mayores necesitan un acompañamiento constante y una respuesta a sus necesidades —que no siempre son abordadas de un modo adecuado—. La solución está en la cooperación intergeneracional, que constituye la base con la que trabajaremos estas diez pautas de envejecimiento saludable.

1. Ejercicios para personas mayores, siempre adaptados

Con el paso de los años, los músculos van perdiendo fuerza y los huesos se vuelven más frágiles. La fisioterapia puede ser una alternativa excelente para quienes han perdido la mayor parte de su movilidad. Incluso funciona con quienes están en cama y no tiene posibilidades de levantarse por su propia cuenta.

En el resto de casos, hay que aprovechar que todavía pueden hacer ejercicios para personas mayores. La natación es el deporte idóneo, puesto que resulta seguro y moviliza la mayor parte del cuerpo. Otras opciones son el senderismo por rutas de dificultad baja y poco desnivel o el ciclismo.

2. Practicar actividades en la naturaleza

El contacto con la naturaleza hace que las personas de edad se sientan libres y, en muchos casos, que recuerden su infancia. Una salida al campo para dar un paseo, una excursión a la montaña para contemplar el paisaje o una visita a la playa pueden ser planes que les hagan sentirse felices.

Lo que buscamos es que sean capaces de salir, respirar aire puro y evadirse de la soledad que sienten en sus casas al mismo tiempo que se alejan del bullicio de la ciudad.

3. Trabajar pequeños objetivos a corto plazo

La motivación es un componente esencial en la vida, pero se tiende a olvidar cuando se pasa a formar parte de la tercera edad. Nuestros ancianos necesitan un motivo para levantarse cada día, un porqué al que agarrarse a pesar de sus dificultades. ¿No lo habías pensado? Obviar esta situación es muy común, pero, por suerte, tiene solución.

Una propuesta de calidad es ayudarles a que trabajen en objetivos pequeños. Dicho de otro modo, explicarles por qué todavía pueden establecer metas, pero dejando que sean ellos quienes las elijan. Estos deben estar siempre proyectados en un corto plazo para reforzar su consecución y, por tanto, la mayor liberación de dopamina.

4. Incrementar el tiempo que pasan con la familia

¿Nunca has escuchado a una persona de edad afirmar que sus mejores recuerdos son las visitas de su familia? Una de las bases para su bienestar es sentirse acompañados siempre, es decir, intentar que no pasen solos un día completo. Un cuadrante familiar para determinar quién va cada día a pasar unas horas es una buena opción.

Es cierto que nuestro ritmo de vida no nos permite estar con nuestros padres o abuelos todo lo que querríamos. Sin embargo, es posible hacer un cierto esfuerzo para cuidar de las personas mayores y regalarles lo que más necesitan en esta etapa de sus vidas, que es el tiempo. Este debe ser, por supuesto, de calidad, con cercanía y sin distracciones superfluas.

5. Rompecabezas y otros juegos mentales

Los pasatiempos intelectuales son actividades que pueden desarrollar en un entorno de tranquilidad. Lo que conseguiremos es que se distraigan y que, al mismo tiempo, refuercen sus capacidades cognitivas. Conviene que aprendan a hacerlos antes de perder capacidad de retención y memoria a corto plazo.

Entre las recomendaciones para cuidar de las personas mayores, debes saber que los rompecabezas son perfectos para lo que buscamos. Son un recurso muy intuitivo y manejable con el que también estarán reforzando su vista. Lo mismo sucede con los sudokus, los crucigramas o las sopas de letras (escoge un libro que tenga varios niveles de dificultad).

6. Dispensador de medicamentos para su salud

Uno de los problemas que tienen las personas de edad es la falta de adherencia al tratamiento prescrito por el médico. Como consecuencia, muchas enfermedades tienden a cronificarse o a agravarse, y pueden requerir incluso el ingreso hospitalario. Después de esta última circunstancia, los pacientes con más de 80 años no suelen volver a llevar su vida normal.

¿Cómo puedes abordar entonces este desafío? Una propuesta es el sistema SPD, un dispensador de medicamentos que se prepara en la propia farmacia. Cada semana, el usuario tendrá sus fármacos organizados y bien distribuidos, con lo que evitamos que experimenten una sobredosis por errores de cálculo.

7. Mantener su autonomía para cuidar de las personas mayores

Uno de los cambios que más les afecta desde el punto de vista emocional es la pérdida de independencia y autonomía. Comienza, generalmente, por una creciente dificultad en los desplazamientos y se manifiesta de modos muy diferentes (desgana por salir, apatía o incluso cuadros depresivos o ansiosos).

Es primordial que les acompañes durante este proceso para ralentizarlo. Obviamente, se darán cuenta de lo que les está sucediendo y no buscamos mentirles, pero sí ayudarles a que comprendan la nueva realidad.

8. Desarrollar los recuerdos de manera escrita

Una práctica excelente es que escriban sus propios recuerdos, una dinámica muy efectiva para el cuidado de personas mayores. Dales un diario en el que puedan apuntar lo que han hecho durante el día, cómo se han sentido y qué quieren hacer para la jornada siguiente. Estarán trabajando la coordinación mano-ojo, la ortografía y la memoria a corto plazo.

Lo idóneo es que hagan esta actividad por su propia cuenta y con total soltura, aunque siempre podemos acompañarles durante el proceso. Por ejemplo, explicándoles cómo se escribe una determinada palabra o haciendo que recuerden.

Hemos abordado cómo cuidar de personas mayores con un enfoque práctico, dedicado y vocacional. Esta es una manera excelente de mejorar su salud y alargar su esperanza de vida. Más allá de eso, también conseguiremos darles el bienestar que merecen y ayudarles a mantener su independencia, como conseguimos con el SPD.

La depresión en la tercera edad, una epidemia silenciosa

La depresión en la tercera edad, una epidemia silenciosa

La pandemia de coronavirus ha provocado un terrible impacto en nuestros ancianos, y todavía en la actualidad seguimos percibiendo las consecuencias. Con el fin de la emergencia sanitaria, conviene atender a las consecuencias psicológicas, en especial, a cómo manifiesta la depresión síntomas en la tercera edad.

Factores de riesgo, síntomas y desafíos de la depresión en la tercera edad

Las enfermedades mentales han suscitado una mayor preocupación entre los especialistas médicos, hasta el punto de que hablan de una epidemia silenciosa. La ansiedad o la depresión son, desgraciadamente, comunes entre la población mayor de 65 años. Resulta imprescindible abordar la depresión y sus síntomas desde tres perspectivas distintas.

Tres factores de riesgo a los que conviene atender

El sistema neurológico de las personas de la tercera edad está deteriorado por el paso del tiempo, lo que conduce a una mayor probabilidad de sufrir cuadros de tristeza o melancolía. Cuando estos se convierten en más intensos y repetidos en el tiempo, desencadenan en una depresión con la que pueden acabar medicados.

Un segundo factor de riesgo lo encontramos en su sistema cognitivo, que tampoco está en las mismas funciones que antes. Como resultado, no tienen la misma habilidad para reconocer lo que les está sucediendo. Incluso empiezan a tener episodios de olvido de los que, cuando son conscientes, se autoculpan, incrementando los sentimientos negativos.

El tercero es la acumulación de recuerdos negativos como producto de una mala gestión de la memoria a largo plazo. Muchos mayores no tienen la costumbre de contar lo que les sucede o atormenta, y otros no cuentan con un entorno de confianza. Esta es la situación más grave por ser, precisamente, la más evitable de todas.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión en la tercera edad?

Hay que saber distinguir entre un episodio de tristeza motivado por una causa específica y un cambio súbito o progresivo de comportamiento. Esta es la base para identificar de manera correcta y temprana los síntomas de depresión, como suelen ser la mayoría de los siguientes:

  • Recuerdo constante de quienes no están, con desgana respecto a hablar de otros temas.
  • Falta de apetito o modificaciones repentinas en la calidad de la dieta o la frecuencia de las comidas.
  • Interrupción repetitiva del sueño o dificultad para conciliarlo y mantener una rutina estable.
  • Pérdida de motivación por salir, socializar o hacer actividades en familia.
  • Episodios de llanto continuos, acompañados de manifestaciones de angustia que revelan la depresión y sus síntomas.

Los desafíos que representa esta enfermedad

Cuando hablamos de cualquier factor que afecte a nuestra salud, hay algo determinante, que es el tiempo. Pero ¿qué sucede con quienes se encuentran en la última etapa de su vida? El principal reto que plantea la depresión es justo ese, que no tienen un margen suficiente como para afrontarla como deberían.

Una consecuencia de lo anterior es la prescripción de antidepresivos de alta potencia. Es cierto que minimizan la sensación de tristeza y aumentan la liberación de serotonina. No obstante, recuerda que estamos tratando con usuarios que tienen ya un cierto deterioro neurológico y cognitivo. Por tanto, es probable que se acelere este proceso inevitable con la edad.

Posibles tratamientos y soluciones

Una labor tan importante como es la de cuidar a personas mayores implica desarrollar una perspectiva práctica. ¿Qué queremos decir con esto? Que es crucial que sepas acompañarles durante estos años, pero que debes adaptarte a cómo van cambiando en lugar de intentar que se mantengan como han estado siempre.

Psicoterapia para tratar la depresión y sus síntomas

La psicología es un enfoque muy adecuado para tratar casos leves y moderados como complemento a los fármacos. Es primordial derribar tabúes y explicarles en qué consiste la labor del profesional en este ámbito. Deben comprender cómo se van a desarrollar las sesiones y, como último consejo, sería ideal establecer una cierta zona de confort.

¿Cómo conseguimos lo anterior? La terapia puede llevarse a cabo en su propia vivienda al principio, pero siempre tratando de desplazarla hacia otro entorno después. Es conveniente que busques a un psicólogo con flexibilidad en este sentido y, más importante aún, con especialización en la tercera edad.

Revisión de medicamentos

La polimedicación que sufren muchos de nuestros mayores genera obstáculos en el tratamiento de la depresión. De hecho, es posible que tengan terapias duplicadas (dos fármacos que sirvan para lo mismo) o que se sobremediquen sin darse cuenta. Los despistes en el acceso a su tratamiento también complican la adherencia.

Como solución, el dispensador de medicamentos pretende ayudarles a que mantengan su autonomía en cierto modo. Es un medio intuitivo y fácil de comprender que se prepara en la farmacia. Nuestra recomendación es que comiences a emplearlo desde que un geriatra haya revisado la receta y pueda ajustarla.

Mayor acompañamiento

La labor de los familiares y amigos resulta prioritaria a la hora de prevenir y tratar la depresión. Cuando sienten la compañía de las personas a las que aman, es más difícil que se centren en los pensamientos que les provocan malestar emocional. Un tiempo con los hijos o con los nietos, aunque sean unas horas, es un regalo que puedes darles.

Obviamente, en este caso no hablamos de una cura para la enfermedad, pero sí de un complemento. Es crucial que todos estén concienciados acerca de lo que sucede y que muestren empatía. Recuerda que todo esto va más allá de sentirse triste o de no tener ganas de levantarse.

Terapia ocupacional

En la actualidad, los terapeutas ocupacionales están demostrando que es posible combinar su labor con la de los fármacos, e incluso encaja perfectamente con las que hemos detallado. Un cambio en los hábitos de vida, con actividades en compañía de otras personas, es el primer paso para salir de ese estado.

Hay profesionales que visitan las viviendas de personas de la tercera edad para hacerles compañía y ayudarles a salir de casa. Si no tienes facilidades para hacerlo tú, plantéate contratar a alguien que tenga formación y vocación para ello.

Cuando atendemos a la depresión y sus síntomas, conseguimos visibilizar una epidemia silenciosa que se está cebando con los mayores. Una especial vulnerabilidad, unida a la escasez de núcleos de apoyo sólidos, está generando una tormenta perfecta. Ha llegado la hora de preocuparse sobre este asunto y, ante todo, de ocuparse.

¿Cómo ejercitar la memoria de las personas mayores?

¿Cómo ejercitar la memoria de las personas mayores?

Durante los últimos años, hay un concepto que se ha popularizado entre la sociedad, y es el de envejecimiento activo. Especialistas médicos y terapeutas ocupacionales, entre otras figuras, plantean distintas soluciones para hacerlo posible. Una de ellas, son los ejercicios de memoria para mayores, como tendrás ocasión de explorar en este artículo.

La importancia de estimular la memoria en la tercera edad

La medicina ha evolucionado —y continúa haciéndolo—, de manera que enfermedades que parecían incurables ahora tienen, al menos, un tratamiento. Este es el caso de muchas de las que conforman lo que denominamos demencia. Entre ellas, el alzhéimer o el párkinson o la parálisis supranuclear.

Cuando un anciano entra en la época de la gran dependencia, es bastante más propenso a sufrir estas tres, pero también otras que provocan un serio deterioro en su calidad de vida. Una de las soluciones más exploradas habitualmente ha sido la prevención, que contribuye a reducir las probabilidades de que las sufran.

Pero ¿sabes cuál es la mejor vía para contribuir con el cuidado de personas mayores de esta forma? Precisamente, la estimulación de su memoria, que es clave con el fin de retrasar posibles signos de envejecimiento en la función cognitiva. Estos son inevitables en la mayoría de los casos, pero sí que podemos ayudar a que conserven su lucidez durante el mayor tiempo posible.

El estudio La importancia de la estimulación cognitiva en el adulto mayor, de la psicóloga Aby Morel (2017) es clave en este aspecto. Cuando se pasan los 60 años, no solo es posible mantener las capacidades mentales con una terapia adecuada, sino que estas pueden incrementarse. Por tanto, es una cuestión que suscita una gran esperanza.

5 actividades y juegos para personas mayores

Queremos empezar con un consejo muy claro antes de plantear ejercicios de memoria para mayores. Con el objetivo de crear el impacto más positivo posible entre el anciano, estas actividades deberían hacerse de manera colaborativa. Buscaremos siempre el acompañamiento de su cuidador, su familia y, por supuesto, su grupo de iguales. En el caso de que no dispongan de este último, intentaremos ayudarle a crearlo.

Conviene evitar a toda costa el sedentarismo, que puede originar cuadros de depresión, estrés o ansiedad. Esto último se justifica por la necesidad de sentirse útiles, ya sea para ellos mismos o para los demás. Por tanto, intentaremos demostrarles en todo momento que lo siguen siendo, también durante estas actividades.

Escribir sus andanzas y anécdotas

Nuestros mayores adoran recordar lo que vivieron años y décadas atrás, incluso si fue duro. Por un momento, imagínate cómo te sentirías si llegaras a tus últimos años y pudieras escoger los momentos que te hayan aportado como persona. O si te invitaran a hablar de quienes fueron tus mejores amigos en cada época.

Podrán parecerlo o no, pero este tipo de ejercicios tienen un valor muy relevante para que ejerciten la memoria a largo plazo. Por ejemplo, escribiendo una autobiografía en compañía de un familiar, o dictándosela a este para que tome nota. Lo importante es darle un espacio para que pueda hablar y expresarse, con sinceridad y seguridad.

Hacer juegos populares y tradicionales

Esta suele ser uno de los ejercicios de memoria para mayores que más les gustan. Juegos como la petanca son ideales para que generen o fortalezcan su grupo de iguales, con lo que también estaríamos combatiendo el aislamiento y el autoaislamiento. De igual modo, les ayudan a mantener una zona de confort y a estimular su memoria a corto plazo.

Hay otras propuestas adaptadas a quienes padecen problemas de movilidad, una condición muy habitual en esta etapa. Por ejemplo, el parchís, la oca o el bingo, que son juegos de azar, pero en los que trabajan la función cognitiva. Todo ello, de una manera entretenida que no perciben como una obligación, ni mucho menos como un tratamiento.

Ordenar y clasificar objetos

Este es uno de los ejercicios para personas mayores que más les aporta en todos los planos, tanto en el doméstico, como en el familiar o en el mental. Invitarles y ayudarles a ordenar su casa es primordial para que no se descuiden y también para que trabajen sus habilidades cognitivas.

Una tarea como esta deben hacerla en familia, siempre con tiempo y paciencia. Conviene ayudarles a que clasifiquen los objetos que vayan encontrando, por ejemplo, en un armario o en el cuarto de costura, tan común en las viviendas de ancianos. Es importante que programes pausas de veinte minutos cada hora para que no se sienta exhausto.

Minijuegos de encontrar la pareja

Una actividad tan sencilla como esta puede aportar bastante a los ancianos, sobre todo, si se hace en compañía y en un ambiente lúdico. Gracias a las tarjetas con imágenes, es posible que hagan minijuegos de encontrar las parejas. Son los mismos que hacen los niños, así que resulta una oportunidad para establecer lazos intergeneracionales.

Como puedes ver, cada una de las dinámicas que estamos planteando tiene una utilidad añadida a la principal. Cuando hablamos de estimular la memoria, no podemos obviar que este es uno de los mejores consejos. Pueden hacerlo incluso con fotografías antiguas que se hayan fotocopiado previamente, lo que les resultará más ameno todavía.

Crucigramas y sopas de letras

Con el paso de los años, los mayores van adquiriendo un gusto por hacer actividades más tranquilas. Existe una herramienta muy relevante en este sentido, y son los crucigramas y las sopas de letras. Contribuyen a que no pierdan las capacidades lingüísticas y tampoco la destreza a la hora de escribir. Por tanto, es otro de los ejercicios de memoria para mayores más importantes.

Nuestra recomendación es que la plantees como una dinámica complementaria a las anteriores. Cuando no sienta fuerzas para hacer actividades que impliquen el desplazamiento físico, pueden recurrir a esta. Igualmente, la pueden reservar para cuando estén solos y no quieran hacer las que hemos visto hasta ahora.

¿Qué otra forma puede ser mejor para hacer posible el envejecimiento activo? Los ejercicios de memoria para mayores generan una estupenda respuesta entre los ancianos, y hacen posible generar lazos intergeneracionales. Como es lógico, es imprescindible hacerlo desde una perspectiva de respeto, colaboración y entretenimiento.