Vacaciones para el enfermo no para su tratamiento

Autor: fagor

Publicación: Dic 23, 2012

Bien entrado el verano y con el mes de agosto a la vuelta de la esquina, muchas familias ultiman los preparativos para disfrutar de unos merecidos días de vacaciones en los que disfrutar del calor, dar rienda suelta a la actividad sociocultural y relajarse.

Con el objetivo de disfrutar al máximo de este periodo de descanso, organismos, entidades y administraciones relacionadas con la salud y el bienestar facilitan año tras año unos consejos dirigidos a diferentes colectivos para hacer frente a las altas temperaturas y los efectos secundarios que éstas pueden causar a enfermos crónicos, así como una serie de recomendaciones para no olvidar que sus tratamientos “no cogen vacaciones”.

Según indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), cabe recordar que los principales grupos de población afectada en situaciones de calor extremo son los ancianos, los lactantes y los niños, las personas con una afección crónica que requieran medicamentos y las personas dependientes.

Es por ello que en caso de ola de calor, algunos medicamentos pueden agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, como pueden ser los medicamentos que puedan afectar a la función renal o alterar la termorregulación central o periférica.

No obstante, desde la AEMPS recuerdan que la adaptación de un tratamiento a las épocas de mucho calor debe considerarse caso a caso, y que “en ningún caso está justificado considerar desde el principio, y sistemáticamente, una reducción o interrupción de los fármacos”.

Así, las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de continuar con el tratamiento de manera habitual en todas las épocas del año, lo cual incluye las vacaciones de los pacientes y de sus familiares, con el fin de no interrumpir los ciclos.

Y es que, según una noticia publicada por www.correofarmaceutico.com, creencias falsas como que el calor baja la tensión o que las patologías respiratorias son propias del invierno provocan que los enfermos descuiden su medicación y aumenten las tasas de incumplimiento en verano.

Pero, ¿cómo continuar el tratamiento en vacaciones, cuando el objetivo es descansar, relajarse y desconectar del día a día?

Una de las mejores y más efectivas herramientas en este sentido son los blísters semanales: envases de plástico en los que se organizan los fármacos necesarios para cumplir todas las tomas del tratamiento. De este modo, el control de medicinas se lleva a cabo de manera más natural y sencilla, sin dar pie a equivocaciones, olvidos, etc.

Incluir el blíster, a poder ser preparado por un farmacéutico,  en la maleta antes de partir al destino vacacional garantiza el descanso y tranquilidad tanto a pacientes como a sus familiares. Un gesto sencillo que mantendrá la adherencia al tratamiento y, por ende, repercutirá en el bienestar de todos los miembros de la familia.

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