La salud física de nuestros mayores se va deteriorando por el propio proceso de envejecimiento. No obstante, los medios de atención y tratamiento han avanzado hasta el punto de que es posible aumentar su esperanza de vida. Sin embargo, todavía nos queda la base, y es comprender las enfermedades que les afectan. En esta ocasión, hablamos de un tema complejo, pero importante, como son la fibromialgia y sus síntomas.

¿Qué es la fibromialgia?

Es un trastorno que causa dolor en todo el cuerpo, especialmente, en el sistema óseo. De acuerdo con un artículo publicado en la Revista Española de Reumatología, hasta el 2,4 % de la población adulta en nuestro país la padece. Estamos hablando de un total de 900 000 personas, una cifra que demuestra la gravedad del problema.

Hasta la fecha, los médicos no han logrado comprender exactamente cuál es la causa de esta enfermedad. Lo único que tenemos claro es que afecta de manera decisiva a la calidad de vida. ¿Qué sucede cuando afecta a ancianos? Conviene tenerlo claro para abordar de correctamente el cuidado de personas mayores.

Dolor y sensibilidad intensos

El dolor que se experimenta en el cuerpo es bastante elevado y continuo en la mayoría de las personas. Pero lo que resulta más molesto es la sensibilidad, que se manifiesta incluso en personas con un sistema óseo fuerte y saludable. De nuevo, tampoco se conoce la causa de esta sensación.

La mayoría de personas sienten cansancio extremo del que se suele responsabilizar a la mayor liberación de dopamina. Esta hormona produce sueño, que llega a ser casi incontrolable por la fibromialgia y sus síntomas.

Un trastorno crónico y sin cura

La única opción de tratamiento que se conoce son los analgésicos, que simplemente calman el dolor. Sin embargo, muchos de los que se prescriben son de alta potencia (por ejemplo, el tramadol) y muestran una elevada tolerancia. Con el paso del tiempo, es posible que el usuario contraiga una adicción de la que cueste salir sin ayuda médica.

Por si fuera poco, es crónico y tiende a empeorar con el paso de los años, aunque no siempre lo hace. Los ejercicios para personas mayores, la fisioterapia y la actividad diaria influyen de modo decisivo en que la sobrelleven mejor.

Consecuencias durante el día y la noche

Durante el día, perjudica cómo nuestros mayores desarrollan sus actividades diarias y les limita la movilidad. Cuando llega la noche, les impide conciliar el sueño y afecta a sus ciclos circadianos. Como resultado, se produce también una alteración en los patrones hormonales, con una menor generación de serotonina.

El efecto emocional de esta alteración es considerable, puesto que el cerebro nunca llega a descansar como debería. Cuando se trata de personas mayores, es todavía peor debido a que acelera cualquier proceso de deterioro cognitivo que estuviera en fase inicial.

La fibromialgia en la tercera edad

¿De qué modo afecta la fibromialgia a nuestros mayores? Esta es una pregunta que debemos hacernos para comprender la dimensión del asunto. Es cierto que no está calificado como un problema de salud pública, pero sí compromete a sus familiares y cuidadores, que deben estar implicados en mejorar su bienestar.

Genera sensación de poca utilidad

Una necesidad constante y permanente en las personas de edad es demostrar que todavía siguen siendo útiles. Pero ¿qué sucede cuando un trastorno como este complica actividades que antes sí podían hacer? Hablamos, entre otros ejemplos, de realizar la comida o cuidar de los nietos por culpa de la fibromialgia y sus síntomas.

La sensación de ser una carga —falsa, por supuesto— es lo que más les perjudica. Cuando la sufren, son más propensos a tener ansiedad o depresión, enfermedades mentales de complejo tratamiento a estas edades. En estos casos, la prioridad está más en la prevención que en la terapia o posible cura.

Compromete su movilidad y autonomía

El dolor constante y, ante todo, la sensibilidad, son dos factores que impactan con fuerza en su vida diaria. Las personas de edad acaban perdiendo movilidad y sienten miedo a caerse o resbalarse. Como tienen los huesos debilitados, una fractura tendría graves consecuencias por la dificultad en la recuperación.

Respecto a su autonomía, no podemos obviar que la pierden en gran medida. Conviene ayudarles a que la mantengan siguiendo un orden de prioridades, comenzando por su higiene básica diaria. Después, continuamos con su propio cuidado durante el día (alimentación, socialización) y terminamos con el ocio y la recreación.

Incrementa los grados de dependencia

Cuando una persona de la tercera edad padece este trastorno, es más posible que se acelere la transición hacia grados de dependencia más severos. Incluso puede declararse una incapacidad total y permanente por la imposibilidad de efectuar sus actividades cotidianas. Incluso desde antes, el empeoramiento en la calidad de vida incide sobre su estado emocional.

El principal problema detrás de esto es que resulta complicado ayudarles a tolerar el dolor sin que tomen analgésicos potentes. Estos acaban deteriorando el sistema cognitivo a medio plazo, con lo que estamos ante un arma de doble filo. Conviene escalar la pauta de fármacos de modo progresivo y llevar un dispensador de medicamentos para respetar la posología.

Dificulta la socialización y el contacto con su entorno

Es cierto que el dolor es continuo, pero también lo es que suelen tener episodios de mayor intensidad. Como resultado, muchos mayores dejan de socializar por la incomprensión de su grupo de iguales. En otros casos, lo hacen por iniciativa propia y acaban sufriendo un aislamiento que afecta negativamente a su bienestar por la fibromialgia y sus síntomas.

Debes tener en cuenta que, cuando pierden contacto con su entorno, también lo hacen con la realidad. Fue algo parecido a lo que sucedió durante el confinamiento, aunque con menor intensidad, pero más prolongado en el tiempo. La familia juega un papel fundamental para minimizar el impacto que todo esto tiene sobre su bienestar.

Comprobar cómo manifiesta la fibromialgia síntomas es el primer paso. ¿Cuál debe ser el siguiente? Creemos que es atender a sus necesidades específicas y proporcionarles una ayuda constante. Evitaremos, de este modo, la adicción a los analgésicos, otra de las preocupaciones que siente gran parte de la sociedad.